Acabó con su papá y su mamá luego dijo que lo volvería a hacer.

Desde que era una niña pequeña, Connie Moultroup ha tenido el mismo deseo navideño todos los años: conocer a su madre biológica. Esta semana, después de 69 largos años, finalmente lo hizo realidad, todo gracias a un kit de ancestros de ADN.

Genevieve Purinton, ahora de 88 años, dio a luz a Moultroup en 1949 en un hospital de Indiana. Cuando le preguntó al personal si podía ver a su bebé, le informaron que el bebé no había sobrevivido.

“Debido a que ella era una madre soltera, le dijeron que yo había muerto. Ella continuó con su vida sin saber que aún estaba viva”, dijo Moultroup a CNN. No era una práctica poco común en ese momento, como la autora Ann Fessler documentó en el libro “Las chicas que se fueron”.

Moultroup fue llevada a un orfanato y luego adoptada por una pareja de Santa Bárbara, California. Pero sus padres adoptivos fallecieron unos años más tarde, cuando ella tenía apenas 5 años de edad.

Yo lo haría de nuevo. Los odio”, habría manifestado Bailey a agentes.

La sospechosa fue arrestada la mañana del miércoles luego de horas de búsqueda. El operativo inició varias horas después de que los cuerpos de las víctimas fueran hallados sin vida en su casa en Washington City.

Los documentos judiciales añaden que Bailey, quien es transgénero, describió abiertamente el odio contra su hermano.

Presuntamente, la alegada pistolera disparó contra su fraterno a través de una puerta que estaba cerrada, pero este pudo escapar y llamar al 911 desde la residencia de un vecino.

Al momento de los hechos, el hermano estaba encerrado junto a su esposa que también salió ilesa. La pareja vivía en la casa.

Joseph Bailey, de 70 años, y Gail Bailey, de 69, fueron hallados sin vida en la sala de la casa junto a múltiples casquillos de bala.

La sospechosa disparó varias veces contra sus padres y volvió a verificar los cuerpos para asegurarse que estaban muertos.

Seguidamente, Bailey abandonó la escena. Inicialmente, fue localizada poco antes de la 1 a.m. en St. George. Oficiales le pidieron que se detuviera, pero esta se puso una pistola en la cabeza mientras se alejaba de los agentes.

La presunta atacante fue acusada con 11 cargos que incluyen delito grave por disparo de arma de fuego, asesinato agravado e intento de asesinato agravado.

Compartir